“Quito: Geografía de la protesta…” y algo más


Collage de algunas imágenes filtradas de la exposición

Inaugurada el 16 de agosto de 2025 en el Centro Cultural Metropolitano del Municipio de Quito, la exposición con el nombre de "Quito: Geografía de la protesta. Movimientos sociales y repertorios (1971-1983)", muestra una faceta de aquellas décadas convulsas en Quito y el Ecuador.

Hay que comenzar felicitando a quienes tuvieron la iniciativa e hicieron el esfuerzo para lograr esta muestra y ponerla al alcance del público.

Hoy día, sábado 30 de agosto de 2025, la pude visitar. Y antes de que se me pase un cierto malestar, me apuro a borronear estas líneas. Coincidimos en la exposición con dos queridos amigos, militantes del Partido Comunista Marxista Leninista del Ecuador (PCMLE) en esa época. A la sazón, yo también fui militante del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR) más o menos en esos mismos años a los que se refiere la exposición. Y lo primero en que estuvimos de acuerdo, aparte de felicitar los esfuerzos para la memoria histórica de los pueblos, es que la exposición tiene un sesgo, el del Movimiento Revolucionario de los Trabajadores (MRT), organización fundada en la década de 1970 por Fernando Velasco (“El Conejo”) y otros distinguidos y queridos amigos y amigas, con algunos de los cuales hemos compartido mucho, en diversas actividades políticas, a lo largo de los últimos 55 años.

La primera impresión que me queda (nos quedó), es que se invisibiliza a otros partidos y organizaciones de izquierda que actuaron en esa época de manera muy intensa, en Quito y en todo el país. Entiendo la dificultad de acceder a documentos diversos. Pero, si alguien no tiene los antecedentes y las vivencias de la época -un joven o un visitante extranjero, por ejemplo- se quedará con la idea de que la única organización política de izquierda en las décadas de 1970 y 1980 en el Ecuador, era el MRT; además, creerá que se trataba de una organización enorme con una gran capacidad de conducción del movimiento sindical, del movimiento campesino, de las organizaciones barriales y del movimiento estudiantil, entre otros.

Al parecer, no existían ni los dos partidos de izquierda más antiguos y tradicionales: el Partido Socialista del Ecuador - PSE (en ese entonces muy activo como Partido Socialista Revolucionario Ecuatoriano - PSRE) y el Partido Comunista del Ecuador - PCE. Como tampoco el PCMLE y el MIR. Ni existieron -según la muestra- otras organizaciones más pequeñas, como el Movimiento Revolucionario de Izquierda Cristiana (MRIC) o el trotskista Movimiento Socialista de los Trabajadores (MST), entre otros.

Nos dirán que no se trata de una muestra sobre la izquierda ecuatoriana en esa época. Pero es que los movimientos sociales casi siempre estuvieron y están ligados a partidos y organizaciones políticas de izquierda, la exposición así lo evidencia.

Lo más sensato hubiera sido acotar o especificar el título de la exposición, de acuerdo al contenido de la misma. Más aún, cuando el MRT no era precisamente la organización más grande e influyente de la época, fue más bien de las más pequeñas y efímeras. No digo que no haya sido importante. De hecho, el más significativo de sus líderes, el Conejo Velasco, fue uno de los personajes más valiosos de la izquierda ecuatoriana en la segunda mitad del siglo XX. Hubo y hay muchas otras compañeras y compañeros que destacaron en varios ámbitos de la vida política, cultural y académica del país; un ejemplo es precisamente el de quienes estuvieron en la iniciativa y curaduría de esta exposición.

Organizaciones como la CEDOC (Confederación Ecuatoriana de Organizaciones Clasistas) y la FENOC (Federación Nacional de Organizaciones Campesinas), se nutrieron del aporte de los militantes del MRT, así como del de otras organizaciones políticas. La fundación de la Comisión Ecuménica de Derechos Humanos (CEDHU) no hubiera sido posible en 1978 sin el aporte del MRT. Así como la fundación en 1977 de la primera comisión de derechos humanos en el país, la CDDH (Comisión por la Defensa de los Derechos Humanos), hoy desaparecida, no hubiera sido posible sin el aporte del MIR.

Si querían tener una muestra que represente la enorme variedad y riqueza de la acción de los movimientos sociales en el período de referencia (1971-1983); más aún, si la iniciativa se planteaba desde una universidad (FLACSO) y desde el Municipio de Quito: se pudo hacer un acercamiento con directivos, militantes y ex militantes de las organizaciones mencionadas en esta nota. El acceso a documentos históricos, relatos y testimonios, se pudo haber enriquecido enormemente.

Creo, pero espero equivocarme. Que lo que refleja esta exposición con el sesgo MRT, es signo de un problema muy profundo, difícil de superar, que ha caracterizado a la izquierda ecuatoriana, y seguramente a la izquierda de Latinoamérica y de todo el mundo: el sectarismo. Los partidos y líderes de la derecha se unen cuando las circunstancias lo requieren. Los de la izquierda no, ni siquiera es posible interactuar en un evento como esta exposición; nos da recelo y hasta rechazo acercarnos a nuestros rivales políticos de antaño o de ahora, siendo que todos compartimos un mismo sueño de un cambio revolucionario de la sociedad. Ello ha facilitado la proliferación de gobiernos como los de Milei, Bolsonaro, Noboa Azín y demás tipejos de esa calaña, así como los retrocesos en garantía de derechos para la población.

Sin duda mis comentarios reflejan desaliento, pero momentáneo, por suerte. Y la verdad es que ese malestar no ocurre sólo por esta muestra. En el mismo plano, hace unos años me desalentó el que, en un libro de un querido amigo sobre la historia de la izquierda ecuatoriana, se haya hecho sólo una breve mención en pocas líneas de la organización a la que pertenecí, el MIR; cuando a los militantes y ex militantes nos consta la riqueza del trabajo desarrollado en todo el país, desde fines de la década de 1960 hasta la actualidad, aunque no quede hoy más que la sombra fraccionada de lo que fue la poderosa organización de la década de 1970.

Quiero por ello terminar con una idea que puede ser un desafío… o un desvarío. Creo que la reconstrucción de la historia de la izquierda y los movimientos sociales en el Ecuador, debe seguirse alimentando. En ese sentido, agradezcamos a los amigos que hoy han presentado esta muestra, esta valiosa muestra, aunque inclinada. Ojalá se pueda sistematizar, procesar y poner en conocimiento del pueblo (después de todo es parte de su memoria) la enorme cantidad de material escrito, gráfico, visual y audio, canciones y otras obras de arte, de la izquierda y los movimientos sociales en el Ecuador, al menos desde inicio del siglo XX en que aparecieron los primeros esfuerzos para la construcción de un mundo diferente, más allá de la dicotomía liberal – conservadora del poder burgués. Una tarea enorme, pero en la que se puede avanzar por partes y con diversidad de visiones, sin exclusiones. Las mismas décadas de 1970 y 1980 podrían ser uno de los primeros laboratorios.

Que la memoria de las luchas populares, sus conquistas y sus reveses, nunca se pierda.

hnc / 30 agosto 2025

NOTA COMPLEMENTARIA: La historia suele aparecer como la cuentan los narradores, no necesariamente como fue en la realidad. Esta idea contrahegemónica, seguramente de producción colectiva, siempre nos ha acompañado. Hay que reconocer que, dentro de la izquierda ecuatoriana, el PSE primero y luego el MRT, han sido dos de las organizaciones que más capacidad han tenido para documentar y narrar las luchas populares; han tenido más capacidad académica para ello y la intencionalidad para hacerlo. Mientras que la izquierda más radical, el PCE inicialmente (que se formó de una escisión del PSE) y luego, organizaciones como el PCMLE y el MIR, no le dieron mucha importancia a la documentación, no era su intencionalidad, estaban más preocupados por “hacer” la revolución antes que de fotografiar o producir documentos (más allá de la prensa partidaria) y relatos académicos sobre lo que sucedía. La situación es diferente hoy en que los recursos técnicos se han democratizado, se han hecho más accesibles para todos.

Seguramente fue un error no haber dado más importancia a la documentación. No se nos ocurría en la década de 1970 salir con una cámara de fotos o vídeo (ni las teníamos) a las grandes movilizaciones que se dieron en la “jornadas de abril” (como llamamos nosotros en ese entonces a la que después se conoció como la “guerra de los cuatro reales”), donde por ejemplo los jóvenes miristas ayudamos a conformar decenas de comités de defensa popular (CDP) en los barrios de Quito y otras ciudades; ni siquiera los desfiles del primero de mayo documentábamos con fotografías o vídeos. Todo ello sin embargo forma parte de los insumos para las batallas culturales, en las que el imperialismo y la derecha global han sido muy exitosos, contando con herramientas poderosas como la narrativa de Hollywood.

Estas inquietudes, sin embargo, deberían ser parte de otro ejercicio de reflexión más general, en otro momento. Debemos aprender de los errores, para que las nuevas generaciones de revolucionarios puedan ser más efectivas. De hecho, hoy mismo estamos librando grandes batallas culturales, a nivel global, por la guerra imperialista de USA y la OTAN contra Rusia en Ucrania o por el genocidio del imperio gringo y su brazo armado, el sionismo, contra el pueblo palestino; pero no sólo allí, sino por los nuevos intentos del imperio por el control totalitario de América Latina y el mundo, a pretexto de fortalecer la democracia occidental o de combate al narcotráfico, paradójicamente uno de sus principales negocios. No debemos entonces dar la espalda a esa guerra cultural global.

Comentarios

  1. Hola mí querido Hugo, con tú comentario ya lo has dicho y analizado muy concretamente el problema (sectarismo) de la izquierda ecuatoriana y mundial. Abrazos

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