LA “DERECHA CON
VALORES” DE RAFAEL CORREA
En junio de 2024, cuando se
perfilaba algún acuerdo entre diferentes partidos y organizaciones de izquierda
en el Ecuador, el ex presidente Rafael Correa expresó que prefiere alianzas con
la derecha. Específicamente señaló: “Con mercaderes ni a la esquina. Prefiero
gente de derecha con valores que de izquierda sin valores”.
Seguramente fue en respuesta a
que algunos partidos de izquierda, como Unidad Popular (antiguo Movimiento
Popular Democrático – MPD, frente legal del Partido Comunista Marxista
Leninista del Ecuador – PCMLE) o el Partido Socialista Ecuatoriano, ya habían
expresado que estaban dispuestos a alianzas del sector, pero sin el correísmo.
El correísmo, por más que continúe
siendo la primera fuerza política del país (lo ha sido por diez y ocho años,
desde el 2006), con el bloque legislativo más grande y manteniendo el poder en
muchas localidades, incluyendo alcaldías de grandes ciudades y prefecturas de
varias provincias. Sabe sin embargo que solo no puede llegar a la presidencia
de la república. De hecho, ha pasado a segunda vuelta en las dos últimas
elecciones presidenciales, con Andrés Arauz y Luisa González, pero fue
derrotado por Guillermo Lasso y Daniel Noboa respectivamente.
Por ello necesita de alianzas si
pretende alcanzar nuevamente la presidencia. En el año 2006, cuando ganó por
primera vez las elecciones presidenciales, el correísmo contó con un amplio
apoyo de partidos y movimientos de izquierda, así como de diversas
organizaciones sociales, incluida la Confederación de Nacionalidades Indígenas
del Ecuador (CONAIE).
A pesar del maltrato que
sufrieron dirigentes y miembros de la CONAIE y de otras organizaciones de
pueblos y nacionalidades durante el gobierno de Correa, nunca cesó el correísmo
en tratar de infiltrarlas y dividirlas. Como lo hizo con otras organizaciones
sociales.
El coqueteo con la CONAIE fue muy
intenso durante las elecciones del 2021. Comenzó con un acercamiento de Andrés
Arauz hacia Jaime Vargas (entonces presidente de la CONAIE) y Leonidas Iza, en
un evento internacional en Bolivia, con el apadrinamiento de Evo Morales. Más
tarde, Jaime Vargas abiertamente expresó su apoyo a la candidatura de Arauz en
un acto público en la Amazonía, ello le significó a Vargas el distanciamiento
con los líderes históricos de la CONAIE y el fin de su pretendida carrera
política.
En ese entonces, Rafael Correa se
derritió en halagos a la CONAIE y al movimiento indígena; claro está, sólo por
interés inmediato. Pero, cuando Arauz perdió la segunda vuelta, con sus típicos
exabruptos, soltó Correa que “los indios” no les habían aportado medio voto.
Muchos comentaron y aún
sostienen, que Leonidas Iza es un infiltrado del correísmo en la CONAIE. Pero
Iza insistentemente ha demostrado ser consecuente con su organización y con
Pachakutik, su partido político, aunque su gestión no sea muy ortodoxa ni del
agrado de todos.
Fue precisamente Leonidas Iza,
como actual presidente de la CONAIE, quien promovió aquel acto que se
desarrolló el 31 de julio de 2024 en la Casa de las Culturas Ecuatorianas (“CONVENCIÓN
NACIONAL DE UNIDAD a los movimientos, partidos políticos de centro izquierda,
izquierda y ciudadanía”), con el fin de plantear una posible alianza de
organizaciones de izquierda y centro izquierda. En el evento participaron,
entre otros, delegados de Pachakutik, Revolución Ciudadana, Centro Democrático,
Reto, Izquierda Democrática, Unidad Popular, Partido Socialista Ecuatoriano.
Por Revolución Ciudadana (correísmo) participaron la actual candidata
presidencial, Luisa González y Andrés Arauz, a pesar de que Rafael Correa no
estaba a gusto con ese encuentro.
(foto tomada del periódico Primicias,
https://www.primicias.ec/politica/convencion-organizaciones-sociales-izquierda-correa-iza-elecciones-ecuador-75289/)
En su cuenta de Twitter (hoy X),
Luisa González escribió en respuesta a la invitación difundida por el
Movimiento Indígena de Cotopaxi (MIC):
“El odio,
la persecución y la confrontación solo nos ha dejado dolor, pobreza,
destrucción y muerte.
Es tiempo
de reflexionar sin pasiones, de mirar hacia el futuro con esperanza, alegría y
fe. Es tiempo de unidad y paz.
Cuenten con
la @RC5Oficial y nuestra presencia junto a @ecuarauz para la construcción de
ese Ecuador que todos y todas anhelamos.”
A lo que Rafael Correa respondió:
“Participar
con cualquiera, por ser de izquierda, es un grave error. Ahí hay gente sana,
pero también otra muy dañada, cómplice de la destrucción de la Patria y que ve
la política como un negocio, no como una misión.
¿Por qué no
hacer una convocatoria a todos los sectores honestos y patriotas, sean de
izquierda o de derecha?
RC5: con
gente de manos limpias, mentes lúcidas y corazones ardientes por la Patria,
SIEMPRE será más lo que nos una que lo que nos separe🇪🇨
#LosCorruptosSiempreFueronEllos”
Evidentemente, Rafael Correa
nunca estuvo contento con la izquierda ecuatoriana (con todas sus virtudes y
falencias). Fue aupado políticamente por esas organizaciones y movimientos
sociales; pero los dejó atrás en cuanto pudo, una vez en el poder y sabiendo
que su carisma lograba una gran simpatía popular, en un amplio espectro: desde
sectores antes copados por el populismo del Partido Roldocista, ex
simpatizantes de la socialdemócrata Izquierda Democrática, amplios sectores
urbanos y rurales con simpatía por la izquierda y el movimiento indígena. Pero
también Correa logró captar el voto de bases de los social cristianos y
demócratas cristianos. Lo que le obligó a incluir a algunos cuadros conocidos
de la derecha en importantes puestos del gobierno (Alexis Mera, Nathalie Cely,
Ramiro González, como ejemplos).
En las votaciones de diciembre de
2006, segunda vuelta, en las que le ganó las elecciones a Alvaro Noboa, los
cantones de la Sierra y la Amazonía con mayor población indígena fueron
aquellos donde el binomio Correa – Moreno logró los más altos porcentajes de
votación.
La luna de miel con la izquierda
y los movimientos sociales sin embargo terminó pronto, apenas aprobada la
Constitución del 2008 y luego de la expulsión de Alberto Acosta de la
presidencia de la Asamblea Constituyente; uno de los primeros signos de
derechización del gobierno de Correa, que había gobernado los dos primeros años
con el apoyo casi absoluto de la izquierda, lo que se reflejó en decisiones
importantes como la salida de la base militar USA de Manta.
Luego vino, a partir del año 2009
una vertiginosa campaña de destrucción de espacios participativos
(Estado-población), promulgación de un marco legal represivo y persecución a
organizaciones políticas, sociales y sus dirigentes. Para el 2011 la indignación
había crecido y se dieron las primeras movilizaciones masivas contra el
gobierno de la entones Alianza PAIS (hoy Revolución Ciudadana), que alcanzaron
su pico máximo en los años 2014 y 2015.
La lista de acciones del gobierno
de Rafael Correa que evidenciaban su giro o su preferencia por la derecha y sus
políticas, es larga, pero entre ellas se puede destacar:
- Presencia de políticos de derecha en su equipo más íntimo de gobierno.
- Apertura desde el debate constituyente a los grupos conservadores autodenominados “provida”.
- Estilo patriarcal de gestión y trato por parte del presidente y otros funcionarios de alto rango.
- Destrucción de espacios participativos.
- Persecución y encarcelamiento a dirigentes y bases de organizaciones de izquierda y populares. Con una lista larga de dirigentes y militantes populares, indígenas, estudiantiles, ecologistas, feministas, gremiales; incluso algunos asesinados en situaciones oscuras.
- Preparación de un marco legal represivo contra los pueblos y organizaciones populares y políticas.
- Puertas abiertas a la gran minería trasnacional y en general al extractivismo.
- Retroceso en la protección del Yasuní, favoreciendo la explotación petrolera en un sitio muy sensible ecológica, social y culturalmente. Posición que se mantiene hasta la actualidad.
- Firma del tratado de libre comercio (Acuerdo Comercial) con la Unión Europea.
- Apertura para el retorno del Fondo Monetario Internacional y sus políticas.
- Retroceso en políticas progresistas de control de drogas (ver “CONSUMO DE DROGAS, “TABLAS”, TRÁFICO Y CLASES SOCIALES” https://www.blogger.com/blog/post/edit/1784040187631193149/7207155289792733287)
- Retroceso o bloqueo de políticas y espacios de derechos sexuales y reproductivos.
- Oposición a la despenalización del aborto, incluso en casos de violación.
- Eliminación de la Estrategia Nacional Interministerial de Planificación Familiar en Adolescentes (ENIPLA) y reemplazo por el Plan Familia con ideología “provida”.
- Apertura a la interferencia de transnacionales en políticas públicas (industria del tabaco, industrias de alimentos ultraprocesados y bebidas azucaradas, industria de alcohol).
- Privatización del sector público y de la seguridad social en salud, a través de la gran transferencia de recursos del Ministerio de Salud Pública y el Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social al complejo médico industrial.
- Designación autoritaria y vertical de candidatos ultra conservadores, por parte del líder, incluso a puestos importantes como la presidencia y vicepresidencia de la república. Carlos Rabascall y Luisa González son claros ejemplos de ello. Incluso mantuvo en la vicepresidencia y le promovió a la presidencia a un agente oculto de la ultra derecha como Lenin Moreno.
Y en varias de esas acciones, los
militantes de izquierda de Alianza PAIS – Revolución Ciudadana, en general callaron.
Aunque muchos se fueron desencantando y abandonaron el gobierno y el movimiento
político.
Aun así, es evidente que, con
todos sus defectos, el gobierno de Rafael Correa tuvo una gestión mucho mejor
que la de cualquier gobierno neoliberal de derecha que hemos conocido en el
Ecuador en las últimas décadas, ni decir del desastre de los tres últimos. Y
ello, no sólo por la alta inversión pública del gobierno de Correa en el sector
social e infraestructura productiva, vial y energética, sino porque efectivamente
pretendió construir un Estado de Bienestar, al estilo de los gobiernos social
demócratas del norte de Europa, que fueron su modelo.
En la práctica, el correísmo,
sobre todo por la dirección de su líder, se ha consolidado como el nuevo
partido social demócrata en el Ecuador, con una gran dosis de populismo y una
fuerte inclinación a la derecha, a esa “derecha con valores” de la que habla
Rafael Correa, en la que seguramente estarán sus importantes aliados como los
Topic, la familia Eljuri o Isabel Noboa Pontón, tía del actual mandatario y
pieza clave en las exportaciones legales e ilegales a través del puerto de
aguas profundas de Posorja.
¿No será que la “derecha con
valores” con la que hoy quiere aliarse Rafael Correa, es precisamente la
derecha que representan las familias Noboa Pontón y Noboa Azín (y círculos
cercanos), máximas expresiones de la oligarquía nacional y del nuevo polo
político conservador? No me sorprendería para nada.
¿No será que para Rafael Correa
los “valores” de la derecha incluyen el extractivismo, el patriarcado, la
explotación y la acumulación de riqueza… pero también la manipulación de la
información y la mano dura para el control social?
Y por ello mismo, tal vez es hora
de que lo que queda de progresismo en el movimiento Revolución Ciudadana, parta
aguas de una vez por todas, piense seriamente en un correísmo (progresismo) sin
Correa y sin otros lastres, lo que le permitiría acercarse nuevamente a amplias
alianzas por la transformación social, más allá de las próximas elecciones
presidenciales.
HNC/26 sep2024
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