LA “MUERTE CRUZADA” Y LOS POSIBLES ESCENARIOS
Muchos hubiéramos querido que la “muerte cruzada” sea literal, y no un eufemismo inventado para favorecer a Correa, ante un supuesto escenario como el actual; pero que terminó favoreciendo al banquero Lasso, y quien sabe a cuántos más a futuro, si no se elimina esa absurda disposición constitucional que anula la posibilidad de juicios políticos a los mandatarios.
El argumento que utilizó Lasso
fue el de “grave crisis política y conmoción interna”, contemplado en el
artículo 148 de la Constitución. Crisis, seguramente si existe, pero no grave y
sobre todo en el gobierno; pero la conmoción interna es sólo un invento que tal
vez se encuentra únicamente en el círculo cercano de Lasso. A pesar de ello, la
Corte Constitucional avaló el golpe de estado, declarándose incompetente para
juzgar los causales, que sin embargo, para el común de los ciudadanos, sin ser
doctos, no existen.
En fin, la “muerte cruzada” ya
está y no hay modo de cambiar la decisión, el proceso electoral emergente está
en marcha. A pesar de la muerte, allí están el banquero y su séquito, continúan
jodiendo al pueblo, y lo van a hacer, o al menos intentar, hasta el fin de su
mandato trucho y devastador.
Pero, en el fondo no creo la esté
pasando bien el banquero. Se le esfuman sus ambiciones de alzarse con el Banco
del Pacífico y el banco del IESS (BIESS), que eran los principales objetivos
por los que peleó por la presidencia de la república.
Tampoco la estará pasando bien,
cuando sabe que su reputación está por los suelos, más todavía, aunque quiera
aparentar simpatía popular endilgándose el 80% (75% en realidad) de apoyo a la
decisión de disolver la asamblea (seguramente muy cierto); pero será más
de ese 80% la simpatía si se disuelve él, como parece está sucediendo. Por
ello, no se atreve a aceptar la postulación para terciar en estas próximas e
irregulares elecciones presidenciales de agosto 2023, sabe que tendría una
votación vergonzosa. El político – banquero Guillermo Lasso ha muerto, ya
apesta su cadáver, pero sigue causando daño desde su tumba, ¿le vamos a permitir?
La derecha neoliberal, en
general, está en grave crisis; al menos en el Ecuador; aunque en Europa y otras
regiones se recompone y gana una inexplicable simpatía popular. El sólo mencionar
como candidato, apoyado por el partido socialcristiano, a un mercenario con
antecedentes de abusos y violencia incontrolables, cuya familia está vinculada
a escándalos de corrupción, especialmente con el ex presidente Glas; da cuenta
de la miseria de la derecha neoliberal. O ¿tratan de utilizar a Topic como
puching ball, para medir la reacción popular ante un candidato al estilo de la brutalidad
de la OTAN y sus marines, o la del presidente salvadoreño Bukele?
Lo cierto es que la derecha más radical
ve perdidas sus esperanzas de gobernar estos próximos dos años de mandato
complementario. Ni un outsider como Topic, ni quienes se han ido preparando lentamente
para asumir ese papel de liderazgo del sector político (Andrés Páez, Fernando
Villavicencio…), parecen salvar a la derecha a corto plazo.
En la danza del bipartidismo
burgués, la hora parece corresponderle a la social democracia populista de la “revolución
ciudadana”, sea con Arauz o con cualquier otro candidato de su tienda (con que
no les salga otro Lenin Moreno).
Pero es una apuesta arriesgada.
Se trata de sólo dos años de gobierno, en los que cualquier presidente y
partido político podría quemarse. Difícilmente en dos años se puede alcanzar logros
importantes que satisfagan aspiraciones básicas del pueblo; aunque en el fondo,
seguramente ello no importa; se trata de afianzar un proyecto de utilización
del poder a largo plazo, en el que se alternen los saqueos a los fondos
públicos (acumular más) … y las vanidades.
Por otro lado, desde la izquierda
y los sectores populares, parece no haber un acuerdo para estas próximas
elecciones, como si lo hubo en el 2021 cuando Yaku Pérez, auspiciado por Pachakutik,
recibió el apoyo de otros sectores, y alcanzó una histórica votación de 1’798.057
votos en primera vuelta, equivalentes al 19,39% de votos válidos y al 13,7% del
padrón electoral (el candidato del correísmo, Andrés Arauz, en esa ocasión
alcanzó el 23,1% del padrón electoral, mientras que Lasso el 14,0% del padrón
electoral). El fraude que impidió a Yaku Pérez pasar al balotaje en el 2021, y
que sentó a Lasso en Carondelet, es historia pasada.
Hoy hay una gran dispersión en la
izquierda, una vez más. Incluso al interior de la CONAIE y de Pachakutik, no
hay unidad. Ello se demostró en el mismo bloque legislativo, cuando el juicio político
al presidente de la república, pero también en otros momentos. La confrontación
entre dirigentes más antiguos como Salvador Quishpe, Lourdes Tibán, incluso
Yaku Perez, apoyados por los históricos, contra los dirigentes más jóvenes a
los que se les considera muy radicales (se los relaciona con el correísmo,
aunque fuera sin fundamentos), hace que probablemente lleguemos a estas
próximas elecciones con al menos dos candidatos del sector: por un lado Yaku
Pérez (apoyado por Unidad Popular y el insignificante movimiento “Democracia Sí”
de Gustavo Larrea, alianza inexplicable e innecesaria esta última) y por otro
lado Leonidas Iza, por Pachakutik (imponiendo sus condiciones, como designar a Guillermo
Churuchumbi en la coordinación nacional del movimiento).
Iza, sin duda, tiene amplia
simpatía popular, no sólo en el movimiento indígena sino en vastos sectores
empobrecidos, sobre todo de la Sierra y la Amazonía, pero también de la Costa.
Pero se menciona la posibilidad de un tercer candidato o candidata del Partido
Socialista Ecuatoriano, que dispersaría aún más el voto de izquierda. Si hubiera
coherencia, debieran renunciar a sus aspiraciones individuales y terciar con un
solo candidato.
Esa falta de unidad, favorece sin
duda al correísmo, que podría pasar muy fácilmente a segunda vuelta. No creo
tenga fuerza como para ganar en una sola vuelta, su voto duro en primera vuelta
está alrededor del 30% de votos válidos (23% del padrón electoral), insuficiente para ganar la presidencia sin balotaje.
Lo más probable, parece ser, que
pasen a segunda vuelta el candidato del progresismo correísta (no se sabe aún
cuál) y un candidato de izquierda (Iza o Pérez). Y si se presenta ese
escenario, volveríamos a lo que ya ocurrió en el 2021, la posibilidad de que,
por primera vez en la historia del Ecuador, llegue a la presidencia de la República un dirigente indígena de izquierda; aunque fuera sólo para un gobierno interino
de dos años, que complementa el pésimo gobierno de Lasso.
Pero mientras ese juego electoral
se da, incluyendo la posible constitución de una nueva Asamblea Nacional con
franco dominio del correísmo y la izquierda; Lasso sigue haciendo de las suyas.
Ya apuró reformas tributarias que favorecen a los más grandes sectores
empresariales y al capital trasnacional. Seguramente Lasso y los grupos
empresariales estarán apurándose también en sacar más capital a paraísos
fiscales. El saqueo tiene que acelerarse, sólo tienen seis meses.
Y precisamente por ello se
presenta, como probabilidad, otro escenario. Que la actuación de Lasso y sus
cercanos en estos últimos meses de gobierno, sea tan burda, abusiva y violenta
(las Fuerzas Armadas le han dado su apoyo), que estemos a las puertas de un
nuevo estallido social, tal vez más grande que en octubre 2019 y junio 2022.
Todo es posible. En ese caso, el escenario electoral se trastrocaría.
Hoy, más que nunca, el pueblo,
las organizaciones sociales y populares, debemos estar vigilantes.
Hugo Noboa Cruz, 28 mayo 2023
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