UN MERCENARIO,
JEFE DE CAMPAÑA
La historia política del Ecuador
ha estado siempre llena de hechos insólitos, muchos de ellos tragicómicos. Es
parte de nuestro folclor mestizo, de nuestro barroco.
Juan José Flores, nuestro primer
presidente en la naciente República, luego de culminar sus períodos
presidenciales no tuvo ningún problema en convertirse en líder de una banda que
asaltaba a los viajeros en los caminos.
Abdalá Bucaram llegó en
helicóptero a un mitin de sus partidarios, descendiendo como enviado del cielo.
Velasco Ibarra, amado por unos y odiado por otros, fue cinco veces presidente, en
la mayoría de ocasiones no terminó su mandato. Tres presidentes derrocados en
el último período constitucional luego del final de las dictaduras militares; y
dentro de esos episodios, la triste imagen de Lucio Gutiérrez huyendo en
helicóptero de la ira popular.
Pero nuestra historia política
también ha incluido hechos trágicos, como los asesinatos de García Moreno, de Eloy
Alfaro y de Jaime Roldós (este último encubierto como accidente), o de
candidatos presidenciales, Abdón Calderón Muñoz y Fernando Villavicencio.
Quizá el mejor y digno recuerdo de
nuestro folclor político, es el de las campañas electorales del profesor
Eusebio Macías Suárez, en solitario y en su clásica bicicleta, alguna vez
también a lomo de burro.
Sin embargo, un mercenario gringo
de jefe de campaña del presidente candidato Daniel Noboa Azín, eso si que
supera todo asombro. Tal parece la United Fruit, la Fundación Rockefeller y la
CIA manipulando gobiernos al inicio del boom bananero latinoamericano. Retrocedimos
100 años. Digno de un cuento de Elena Garro, Juan Rulfo o García Márquez.
Ante el fracaso de su estrategia
electoral, Daniel Noboa Azín y sus secuaces decidieron poner al frente de su
campaña electoral al mercenario gringo Erik Prince. ¿Tan desesperados estarán?
Y hay quienes aplauden, como si llegara un Rambo o Superman a salvar a los “buenos”,
porque los “malos”, para esas mentes obtusas, somos el pueblo llano, los que
soñamos en un mundo mejor, de justicia e igualdad.
No hace falta repetir el
tenebroso currículum de Erik Prince, que dejó un reguero de sangre inocente, en
Irak y Afganistán sobre todo, y que hoy pretende asumir el trabajo sucio de la
deportación de migrantes latinoamericanos (incluidos ecuatorianos) desde el
territorio de USA; claro, a cambio de un jugoso pago, como el que está
recibiendo con dineros públicos ecuatorianos para hacer campaña, también sucia,
a favor del candidato presidente.
Han pisoteado todos los límites
de la ética. Sí, de la ética universal; porque la moral burguesa, la particular
moral de la oligarquía, siempre fue sinónimo de acumulación de capital, a cualquier
costo, incluyendo la toma del Estado y sus recursos como botín pirata.
La campaña de Daniel Noboa en
segunda vuelta ha sido totalmente errática. Parece que les impactó mucho el
empate técnico de la primera vuelta el pasado 9 de febrero, pensaron que, con
el absoluto control del poder (incluyendo el Consejo Nacional Electoral) y haciendo
campaña con recursos públicos, estaba descontado un triunfo en una sola vuelta.
El intento de usurpar el campo
petrolero Sacha (de lo cual hay que seguir vigilantes) es una muestra de ese
actuar errático y desesperado. Pero, poner al mercenario Prince al frente de la
campaña al cierre de la misma, es el mayor signo de su debilidad. Creerán que les
van a aplaudir los habitantes de los barrios populares de Guayaquil asaltados el
pasado fin de semana por Prince, Loffredo y sus gorilas, de donde arrancaron a
algunos de sus hijos.
Uno de los comentarios más
atroces que ha hecho Prince en su corto papel de comandante de la campaña de Daniel
Noboa, es sobre la paternidad de un hijo de Luisa González. ¿Se podrá ser más
miserables que eso?
Y toda esta campaña sucia y
desesperada tiene su explicación. Es la última patada del ahogado. Sabe Noboa
que va a perder en la segunda vuelta; sólo le quedaría como posibilidad un
fraude descarado.
No voy a reproducir encuestas.
Algunos optimistas avizoran un triunfo de Luisa González con hasta 7 puntos de
diferencia. Una de las encuestadoras que más se acercó en primera vuelta a los
resultados del 9 de febrero, fue la de Pedro Cango; para la segunda vuelta (https://drive.google.com/file/d/1IH3m2HyFiHUxZvi0uDiVZcMoaOAiYa08/view?pli=1)
Cango prevé un triunfo de Luisa González, pero con una diferencia más estrecha,
de entre 2 o 3 puntos (51,9% para González y 48,1% para Noboa), tal vez ello
sea más probable.
La empresa estadounidense
Polymarket, faltando 5 días para la votación y 2 días para el cierre de la campaña
electoral, sigue manteniendo en su análisis que Luisa González tiene más
probabilidades de ganar la segunda vuelta (con un 55% de probabilidades de
González y 45% para Noboa, corte 8 de abril 2025).
En fin, creo que vienen unos días
tensos, pero la serenidad y la sensatez deben primar y ojalá impregnar los
resultados electorales, por el bien del Ecuador y de sus pueblos.
hnc / 8 abril 2025
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